• Los 12 peores regalos que les puedes dar a tus clientes… y que la gente anda pensando que son buena idea.

    Ya viene fin de año y muchas empresas suelen dar a su clientes regalos por Navidad para agradecer por el trabajo brindado durante el año y la oportunidad de seguir trabajando el año entrante. En este artículo nos vamos a enfocar en los regalos que tú como freelancer o dueño de una agencia no debes regalarle a tus clientes.

    Más de diez años de experiencia recibiendo y entregando regalos por Navidad de proveedores y a clientes me han permitido darme cuenta de cuáles son los peores regalos que se suelen hacer y que van a dejar una terrible impresión. Ten en cuenta esta lista antes de hacer la tuya:

    Alcohol

    Nunca regales: vinos, piscos, vodkas, licores frutados ni cualquier bebida alcohólica.
    Razón: Tu cliente puede ser alcohólico. El número de alcohólicos activos o en recuperación es lo suficientemente alto como para no arriesgarse a jugar una lotería que puede resultar peligrosa. Otra razón es que es probable que tu cliente sea un gran conocedor de vinos y si le regalas un vino barato se va a dar cuenta y quedarás en ridículo.

    Merchandising

    Nunca regales: Lapiceros, tazas, mousepads, calendarios, etc. con tu logo impreso.
    Razón: Es de muy mal gusto y súper evidente que único lo que te interesa es hacer branding. A menos que regales un producto único, utilitario y con estilo (con tu logo colocado de forma muy sutil), lo único que lograrás es que tus útiles de oficina, por muy útiles que sean, terminen en un cajón junto con todos los otros lapiceros y libretitas de los demás proveedores y que tu cliente sospeche que eres un proveedor roñoso.

    Ropa

    Nunca regales: Camisetas, polos, gorros, etc. (y menos con tu logo)
    Razón: A menos que tu negocio se dedique a la elaboración de prendas de vestir o tengas presupuesto para regalar bufandas costosas, no lo hagas. Deja que tus clientes decidan qué ponerse, tú no los conoces tanto como para saber sus gustos en ropa ni las tallas que usan. Y por supuesto, una talla única de camiseta con tu logo es muy cutre. Tu marca y la oportunidad de dar una buena impresión acabará limpiando el suelo.

    Tarjetas de saludo

    Nunca regales: Pues eso, tarjetas de saludo. Ni separadores de libros.
    Razón: Es un regalo barato, impersonal y sin ninguna utilidad. Si quieres saludar a alguien, mejor hazlo en persona. Muy pocos clientes van a pensar que el mensaje escrito está dedicado exclusivamente a ellos y se sentirán poco especiales para ti.

    Flores

    Nunca regales: Arreglos ni ramos florales. No importa lo exóticas que sean las flores.
    Razón: No a todos les gustan las flores, hay personas que simplemente las detestan y es un regalo que da muchas señales equivocadas. Además, las flores requieren de tiempo y cuidado para no marchitarse rápidamente y suele evocar a la muerte. Sí, ya sé que las novias llevan ramos de flores, pero ¿quieres crear esa imagen en la mente de tu cliente?

    Globos o muñecos

    Nunca regales: Peluches, muñecos de trapo, de felpa, almohadas con frases o formas divertidas ni globos.
    Razón: Quisiera saber una razón por la cual alguien le regalaría un peluche un cliente, pero créeme que lo he visto en más de una ocasión. Una cosa es ser una compañía que tiene consumidores o compradores, como un retail o una empresa de telefonía, en este caso tiene más sentido (aunque nula utilidad) regalar muñecos de felpa, pero darle un muñeco de trapo a un cliente corporativo, un cliente VIP, es un disparate. ¿Para qué? ¿Qué esperas que haga con el muñeco, que duerma con él y piense en ti en la noche? No. Y globos tampoco.

    Tarjetas de regalo

    Nunca regales: Gift cards o vales de consumo de retails o supermercados.
    Razón: Entregar una gift card de Amazon o de algún gran almacén o un supermercado a un cliente significa que no tienes ni puñetera idea de qué le interesa y que, en lugar de regalarle dinero en efectivo, le das una tarjeta para que se lo gaste en lo que quiera, como si esa persona no tuviera su propio dinero. Es mejor regalar un vale de consumo de un lugar específico y de calidad como un spa, un restaurante. Una gift card de Steam puede funcionar si es que sabes que a tu cliente le gustan los videojuegos.

    Cuidado personal

    Nunca regales: Perfumes, jabones, lociones, maquillaje, etc.
    Razón: Un perfume caro o de moda puede parecer un regalo elegante y sofisticado, pero en realidad es tan mala idea como regalar un jabón. Lo primero que estás diciendo es que esa persona necesita cambiar de olor y lo segundo es que tú tienes una idea más acertada de cuál olor le queda mejor. No importa si ya sabes qué perfume usa tu cliente, un perfume o una colonia es un artículo de cuidado personal, y como tal, es un producto íntimo. No cruces esa frontera.

    Artículos religiosos

    Nunca regales: Nacimientos (belenes), imágenes, Biblias o libros de oraciones.
    Razón: Por más que la Navidad sea una fiesta cristiana, hoy en día cualquier persona es libre de celebrarla independientemente de su credo y esto es algo muy personal. Regalarle una imagen religiosa a una persona que no comparte tus creencias puede verse como una imposición y hasta es ofensivo el no reconocer que esa persona tiene el mismo derecho que tú a creer en lo que le dé la gana.

    Baratijas

    Nunca regales: Llaveros, ceniceros, estuches, adornitos, aromatizadores, posavasos, libretas, cofrecitos, golosinas o cualquier cachivache de Aliexpress.
    Razón: Aunque creas haber encontrado la piedra filosofal por menos de 10 dólares… ¡y que realmente funcione! No lo hagas. El precio de esas basurillas es directamente proporcional al tiempo que va a durar e inversamente proporcional al daño colateral que vas a ocasionar. Es mejor no regalar nada que dar algo barato. Si no regalas nada, serás un proveedor más que no dio nada, lo peor que puede pensar tu cliente es que eres un tacaño. Pero si le das una baratija, no sólo va a pensar que eres un pobre diablo tacaño y ridículo, sino que además, cuando el regalito se rompa, se le clave en el ojo o le dé tifoidea, se va a acordar de ti.

    Imitaciones

    Nunca regales: Relojes, carteras, bolsos, billeteras, bufandas, equipos electrónicos, accesorios, antigüedades, coleccionables o cualquier marca que sepas que a tu cliente le guste y que sea imitación.
    Razón: Se nota. Hay que ser muy ingenuo para pensar que una imitación, sobre todo de una marca exclusiva, puede pasar por un producto original. Además, tu cliente lo puede tomar como un insulto.

    Piratería

    Nunca regales: Libros, música, software o películas pirata.
    Razón: ¡Es ilegal! No importa si el formato es físico o digital, si el producto original está descontinuado, es muy difícil de conseguir o es extremadamente costoso, regalar piratería es hacer cómplice a tu cliente de un delito. Si tu cliente y tú comparten la misma filosofía y están a favor de la piratería como argumento para defender el acceso libre a la información, puede parecer buena idea, pero quizás sea mejor hacerlo en otro momento y no desaprovechar las fiestas de fin de año para regalar algo que deje una mejor impresión.

    Conclusión

    Ten presente siempre que las fiestas navideñas son una excelente oportunidad para fortalecer la relación con tus clientes y comprometerlos, de manera indirecta, a mantener esa relación contigo. Dar un regalo genérico y barato es una excelente manera de dar una mala impresión y de dañar la relación con tu cliente con algo que no tiene nada que ver con tu trabajo. De nuevo, es mejor no dar nada que dar cualquiera de estas cosas.

    Y tú ¿qué otro regalo añadirías a esta lista?


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    About Jose Alvarez Carbajal

    Soy Jose Alvarez Carbajal, director de proyectos de la agencia digital macadamia con sede en Perú y autor del libro «Cómo ser freelancer y no morir en el intento«. Soy consultor en marketing, ventas y desarrollo personal. Tengo más de 10 años de experiencia dedicados a la docencia, he dictado cursos de edición fotográfica y de video, desarrollo web y multimedia, marketing en línea y portafolio, tanto para pregrado como especializaciones, talleres y cursos para niños. He trabajado con clientes en más de nueve países llevando a cabo proyectos relacionados al marketing digital, desarrollando piezas gráficas y multimedia, sitios web, campañas online y videojuegos. Soy casado, tengo dos hijos y vivo en Valencia, España.

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